Winston Churchill, ex primer ministro de Reino Unido, dijo alguna vez: “Damos forma a nuestros edificios, y luego nuestros edificios nos dan forma a nosotros”.

No hay duda de que nuestro destino como especie humana está ligado al destino del lugar donde vivimos, nuestro hogar; en gran escala nuestro planeta y en pequeña escala nuestra casa. No creo que a nadie le sorprenda saber que, en la actualidad, estamos enfermando a los sistemas planetarios y, en el proceso, nos estamos enfermando nosotros mismos. Tendemos a pensar que nuestros hogares son como santuarios seguros y protectores, pero en realidad no hay nada más lejos de la realidad. Dicen que para muestra basta un botón, así es que debe bastar considerar estos datos representativos:
De acuerdo con el NIEHS (Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental de EEUU, por sus siglas en inglés), existe una larga lista de enfermedades que van desde simples alergias, hasta canceres, que puede ser causadas por el medio ambiente, aunado a que…
De acuerdo con la EPA (Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, por sus siglas en inglés), la contaminación interior de las viviendas puede ser de 6 a 10 veces superior a la contaminación exterior y pasamos la mayor parte de nuestro tiempo en interiores, hasta un 90%, ante ello, tenemos que coincidir que nuestros hogares pueden ser uno de los lugares con mayores riesgos graves para la salud.

Y hablando de nuestra vivienda “extendida”, nuestra casa planetaria, debemos considerar que la industria de la construcción es responsable de más o menos:
• 50% de los recursos naturales utilizados,
• 40% del consumo de energía, y
• 50% de todos los residuos generados.

Así, podemos concluir que, como una sociedad constructora, estamos haciendo algo bastante mal. Aquí nos viene a la mente una pregunta de lo más relevante, ¿ante este panorama, se puede hacer algo? como de costumbre, la respuesta es sí; si no, ¿Cuál sería la utilidad de este artículo?
La solución se llama “Baubiología” o Biología del Hábitat, una forma holística de construir de acuerdo con las leyes de la naturaleza, donde la salud de los ocupantes del edificio se asume como la primera importancia y, en consecuencia, la selección del sitio, el diseño holístico, los materiales y los sistemas de construcción no agresivos, así como las implicaciones ecológicas para un mundo mejor.
Así pues, la Biología del Hábitat estudia la relación holística entre los humanos y su entorno, tanto al interior de las casas como el exterior. Se basa en 25 principios que analizan 19 categorías diferentes en las áreas de “electrosmog” (campos electromagnéticos o CEM), luz, sonido, radiación, toxinas en interiores, contaminantes en interiores, clima interior, moho, bacterias y alérgenos. El estándar y las pautas de la Biología del hábitat, ahora en su octava revisión, son el resultado de más de 30 años de investigación, más de 10 mil encuestas reales de áreas de dormitorio en colaboración con más de 100 médicos junto con muchos científicos, investigadores, ingenieros y practicantes.
Los cimientos del estándar y las guías biológicas de la construcción siempre han sido:
• Reducir todo riesgo de salud, aunado al principio de precaución.
• Los principios solo pretenden ser una guía, ni más ni menos.
• Siempre que sea posible, utilice la naturaleza como norma definitiva.
El estándar y las directrices de Biología de la Construcción ahora se utilizan como base y guía por parte de colegas e Institutos de Europa, América del Norte y del Sur, Australia, Nueva Zelanda, India y Japón, por nombrar algunos.
Ahora veremos 25 principios de la bioconstrucción establecidos por el Institut für Baubiologie + Nachhaltigkeit IBN, en Alemania; los cuales debemos tener en cuenta para bio-construir un espacio holístico y saludable.

Se dividen en cinco categorías:


Clima interior
• Reducir sustancias contaminantes e irritantes y, aportar suficiente aire fresco.
• Reducir la presencia de hongos tóxicos, levaduras y bacterias, así como polvo y otros alérgenos.
• Utilizar materiales con olor neutro o agradable.
• Minimizar campos electromagnéticos y ondas de alta frecuencia.
• Priorizar el calor radiante para calefacción.

Materiales de construcción y equipamiento
• Utilizar materiales naturales, no tóxicos y con la menor radiactividad posible.
• Garantizar una proporción equilibrada entre aislamiento térmico y acumulación de calor, así como entre temperatura superficial y del aire interior.
• Usar materiales higroscópicos.
• Minimizar el contenido de humedad de obra nueva.
• Optimizar el acondicionamiento y aislamiento acústico de los espacios (incluidos los infrasonidos).

Diseño interior y arquitectónico
• Observar proporciones y formas armoniosas.
• Estimular percepciones sensoriales: vista, oído, olfato y tacto.
• Favorecer unas condiciones de iluminación y espectro cercanos a la luz natural y usar lámparas sin parpadeos.
• Considerar conocimientos de fisiología y ergonomía.
• Promocionar la cultura edificatoria y artesana local y regional.

Medio ambiente, energía y agua
• Minimizar el consumo de energía y usar fuentes renovables.
• Al construir o reformar, evitar impactos negativos en el medio ambiente.
• Conservar los recursos naturales y proteger la flora y la fauna.
• Favorecer sistemas de construcción locales, elegir materiales y ciclos de vida con el mejor balance ecológico posible.
• Asegurar la calidad más óptima posible del agua potable.

Hábitat eco-social
• Diseñar infraestructuras con una combinación de usos equilibrada: distancias cortas a centros de trabajo, transporte público, escuelas, comercios, etc.
• Favorecer una forma de habitar que satisfaga las necesidades humanas y proteja el medio ambiente.
• Proveer de suficiente espacio verde a áreas residenciales rurales y urbanas.
• Fortalecer la autosuficiencia local y la participación en redes y proveedores de servicios locales.
• Seleccionar emplazamientos para la construcción que no estén contaminados por residuos nocivos, fuentes de radiación, polución y ruido.

Como señala el IEB, es muy difícil cumplir con los 25 criterios en una edificación, por lo tanto, hay que trabajar para que se contemplen en su mayoría y se alcance el nivel máximo posible.


Arq. Aldo Humberto Prieto Meza.

Consejero Ciudadano Metropolitano de Ixtlahuacán de los Membrillos y Representante del CCM ante la Mesa de Coordinación de Gestión de Residuos y Coordinador de la Comisión interna de Comunicación del CCM.

*Las opiniones expresadas aquí son responsabilidad del/de la autor/a y no necesariamente reflejan la posición oficial del Consejo Ciudadano Metropolitano